Uno no elige donde nacer (en mi caso: la ciudad de Buenos Aires), pero el corazón nos dice cuál es nuestro verdadero lugar en el mundo. Yo tuve la suerte de descubrirlo desde bebe, gracias a mis padres que eligieron este lugar como una muestras más de amor hacia mi hermana y hacia mí, aunque más no sea para pasar dos meses al año. Después de varios años, volví para nunca más separarme, más de lo que las obligaciones me imponen. Quiero compartirlo con quien quiera acercarse a este rincón, con todo el orgullo que siento por esta tierra, sin duda bendita por Dios. En pleno corazón del Valle de Punilla, en el corazón de la provincia de Córdoba y en el mío: HUERTA GRANDE. Un pueblo que se derrama entre dos cadenas de montañas, por donde se asoma y se esconde el sol. Todo el que necesite paz, y no se pueda hacer una escapada a este paraíso, disfrute de este momento.
1º foto: Mañana soleada en Huerta: imágen de la plaza a la izquierda desde la puerta de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, con el Cordón de Los Talas al frente.
2º foto: Anochecer; el sol se esconde atrás del cordón de Los Talas.
2º foto: Anochecer; el sol se esconde atrás del cordón de Los Talas.
2 comentarios:
Desde el blog en apoyo al “Premio Maria Amelia López Soliño” a la mejor bitácora escrita por una persona de la tercera edad, te agradecemos el cariñoso comentario de condolencia dejado en su blog y te animamos a estimular a los más mayores a seguir su ejemplo.
Precioso pueblo... pero Buenos Aires tampbién es un lugar maravilloso para nacer! ;)
Un saludo afectuoso.
Es gratificante encontrar en alguien el orgullo y el cariño hacia este pueblo, que es mi paraíso en la tierra, y mi paisaje en el mundo.
Un cálido saludo.
Mónica
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