Es una frase de una de las hermosísimas canciones que nos susurra el Nano Serrat, y también es un grito ahogado de quienes vemos que de apoco, este bien que Dios nos dio, está siendo cada vez más escaso, a límites desesperados en algunos casos.
El fértil valle de Punilla está regado por el río San Francisco, también llamado Cosquín, que hacia el sur alimenta al dique San Roque, hijo de aquel glorioso y primigenio Dique San Roque del Ingeniero Casaffoust y del Dr. Bialet Masse, de quién Gustave Eiffet dijera que era junto con su famosa torre, las dos obras arquitectónicas más grandes de la época, con la diferencia que la torre era inútil mientras que el dique salvó la vida de la Ciudad de Córdoba y de toda la región. También este dique fue un ejemplo de lo peligroso que puede ser la política en manos de corruptos, al mismo tiempo que un ejemplo de dignidad y hombría de bien: tanto Casaffoust como Bialet Masse fueron apresados injustamente, solo por haber construido el dique con materiales de la región (para lo cual el propio Bialet Masse creó la fábrica de cal en la localidad que hoy lleva su nombre) en lugar de usar el Portland inglés y que defendía el gobierno central (siempre nuestros gobiernos "en pos del interés nacional"). Armaron desde el gobierno de turno un teatro para hacer creer a la gente que el dique estaba a punto de colapsar, llegando al extremo de la ridiculez de hacer correr la voz, en la madrugada del 27 de julio de 1892 , de: "el dique se viene". El Dr. Bialet Masse, parado en la puerta de su casa, contemplaba espantado el espectáculo, y dijo: ¿quién podría necesitar tanto este atropello, esta infamia, este engaño, este daño?. Hicieron una "pericia" gente que tenía título de ingeniero expedido por decreto presidencial; dicha pericia arrojó un costo de reparación de 400.000 pesos por rajaduras, una de las cuales "atraviesa el dique de parte a parte". Desde la cárcel, Bialet Masse y Casaffoust proyectaron los arreglos por 5.000 pesos. Por supuesto que la pericia no pudo demostrar las fisuras que denunciaba. Este es mi humilde homenaje a dos héroes nacionales que pagaron con su esfuerzo y bienes personales el progreso del país en una de sus regiones más importantes.
Más al sur este rió se une al San Antonio, formando el glorioso rió Suquía que le da entidad a la ciudad de Córdoba, "La Docta".
Por la orografía del lugar, sus ríos corren entre piedras, cristalinos, formando numerosas cascadas de distintos tamaños pero de igual belleza. Existen también numerosos cañones por los que corren libres sus aguas.
Basta buscar una piedra de las grandes, para sentarse y poner los pies en el agua, dejando que ella nos acaricie. Cerrar los ojos y escuchar a la naturaleza susurrarnos al oídos sus secretos. Los infinitos sonidos del silencio.
Hoy, en este presente tan frágil, y a pesar de mantener su belleza intacta, esta región no escapa a los daños provocados por los que priorizan los intereses económicos, corrompiendo gobiernos que violan sus compromisos ciudadanos, y torturan la tierra. Las cascadas más importantes presentan poca agua, en algunas partes el rió tiene muy poco caudal. El 2009 muestra al rió mejor que el 2008. No se qué estamos esperando. Pude estar en enero de este año, en este lugar, y mirando toda su vegetación tan imponente, pensé en la posibilidad de que todo eso desaparezca por la ignominia de quienes tienen la obligación de proteger lo que es de todos, no de ellos, y en cambio se dedican a hacer sus negocios y ostentar el poder por el poder mismo. Es verdaderamente un delito contra la vida.
Foto: http://www.dayanabarrionuevo.com/
martes, 10 de febrero de 2009
viernes, 6 de febrero de 2009
UN PUEBLO DE ENSUEÑO
Eso es Huerta Grande.
La identidad de su zona céntrica la dan construcciones que datan de hace más de cien años, manteniendo las características arquitectónicas de la época colonial.
Es un lugar en el que sus hombres se reunen en la vereda del bar, tras el saludo al que pasa y espontáneamente se va sumando a esa charla fraternal. Da gusto verlos juntos mostrando tanta paz y buena camaradería. Demuestran que es posible regalarse un buen momento con amigos al día; que el día no está forzosamente hecho de corridas y trastornos; que para disfrutar de eso no hay que vender el alma al diablo.
Es un lugar en donde se puede ir por la calle saludando a los que pasan junto a nosotros, aunque no los conozcamos, solo porque los reconocemos como nuestros vecinos, teniendo en respuesta un saludo cordial y respetuoso, no la mirada desconfiada y culposa de la ciudad, que nos hace sentir vergüenza.
Es un lugar en donde nos damos cuenta que el país está todavía entero. Donde está la esencia del criollo, tal como yo lo sentía cuando iba con mi familia de chica. Preserva la nacionalidad, el regionalismo. Un poco más cerrada en sí misma, pero sin detrimento de su hermosura ni de su generosidad.
Para los que queremos recuperar nuestra identidad nacional de argentinos, para los que se quieren sentir respetados y bien atendidos, para los que quieren sentirse bien y entender porqué es imperioso respetar el medio ambiente y revertir de inmediato nuestros errores de conducta para no seguir afectándolo. Para todos nosotros, Huerta Grande es una excelente elección.
Foto: Imagen del Pueblo y las Sierras Chicas, tomada desde el barrio Los Altos.
Imágen de la derecha: logo de Huerta Grande, sacado del sitio oficial : http://www.huertagrande.gov.ar/
jueves, 5 de febrero de 2009
VALLE DE PUNILLA
Delineado entre las Sierras Chicas por el este y el Cordón del Tala por el oeste, corre este valle fértil de bellezas naturales. Ningún lugar mejor para los que buscan paz y tranquilidad. El aire está cargado con el aroma de la vegetación y los frutales que abundan en toda la región. Los ríos de agua cristalina, corren entre las piedras rodeados de árboles centenarios.
Uno no puede sentirse solo o desamparado en este lugar, porque la naturaleza en su magnífico esplendor llena los sentidos y solo se siente paz, con el entorno y con uno mismo. Este lugar nos devuelve nuestro lugar en la vida de las cosas; estamos a la par de los demás elementos de la creación: plantas, animales. Eso nos da la tranquilidad de espíritu que es lo que nos llevamos de este lugar.
No importa cual sea nuestro destino: Villa Carlos Paz, Bialet Masse, Cosquín, Valle Hermoso, La Falda, Huerta Grande, Thea, Villa Giardino, La Cumbre, Los Cocos, San Esteban, Charbonier o Capilla del Monte, siempre se está en la gloria.
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